Cosme Ortega

Pintor

Cosme Ortega Martos, nacido en 1965 natural de Torredonjimeno (Jaén), es un pintor profesional y autodidacta con un estilo propio que se inspira en el hiperrealismo.

Estudió FP en la rama de máquinas y herramientas y posteriormente comenzó la carrera de Ingeniería Técnica Aeronáutica en Madrid. Tras su paso por la Universidad, desempeñó diversos trabajos, pero no fue hasta el año 1998 que se dedicó de forma exclusiva a la pintura.

La técnica, que podría encajar en el hiperrealismo o realismo fotográfico, es absolutamente personal. Es un realismo un poco onírico, es decir, está idealizado. El artista no percibe la realidad tal cual la plasma, sino que pasa por su propia visión que tiende a idealizar. Sus óleos llevan meses de trabajo y son representaciones de lo que siente en cada instante. Para la creación de los óleos no crea dibujo previo, y se ayuda de cuchillas y agujas si es necesario.

Su obra refleja una personalidad pictórica fuera de modas y excentricidades, un lenguaje plástico inmerso en un marco de notable equilibrio que él resuelve con intuición y sensibilidad. Una gran obra personal en la que se percibe un sentido íntimo y una gran sencillez de expresión.

Su amor por la naturaleza le hace sentir algo especial sobre todo por el paisaje jiennense, tan característico por su forma y vegetación, en el que la nota dominante la ofrece el olivo, cuya historia y simbolismo se pierde en el eco del pasado.

Ama las lejanías, en las que deja huir su mirada por valles que no terminan; trasladando al lienzo la paz y serenidad, que se funden en el horizonte de la vid, en libertad y armonía con la naturaleza. Sin olvidar obras como “El Estanque del Retiro”, “El Seminario de Jaén” o “La Alhambra desde el Generalife” entre muchas otras.

Pero además del paisaje, Cosme también plasma figuras como demuestra con los retratos de sus padres o las figuras religiosas como “La Reina de Sierra Morena” o “El abuelo”, esta última pintada con una sensibilidad especial en la que nos muestra la esencia de lo más profundo del ser: el amor.

En definitiva, la obra de Cosme está hecha con la sensibilidad y ternura como esencia y base de su funcionamiento pictórico.